Cuando Tae Young despertó lo primero que vio fue un techo blanco, y tuvo a alguien refiriéndose a él como “majestad”, así como personas dispuestas a cuidarlo todo el tiempo como si fuera una frágil flor. Tae Young recordaba bien cuál fue su último momento antes de despertar ahí, porque estaba seguro de que él no tenía sirvientes, ni un hijo, ni se llamaba Tae Ho y mucho menos era el esposo del emperador, ¡esa definitivamente no era su vida!