"Iniciarás tus funciones como la Criadora elegida del Alfa, quieras o no", le espetó con un siseo, mientras su ira crecía aún más. Ella se prepara y lo mira con ojos chispeantes de burla. "Entonces, que sea, Rey Alfa Dantés. Condúceme a la guarida de cualquier Alfa sin pareja y observa cómo me despedaza, escucha nuestros gemidos y no apartes la mirada mientras él me penetra profundamente, con rapidez y de manera insistente, hasta que ambos luchemos por respirar y temblemos de placer." Con su rostro incandescente de furia, el Rey de todos los Alfas la agarra por la cintura y la carga sobre su hombro derecho al estilo de los hombres de las cavernas. "¡Me has enfurecido al extremo, Zeta! Solo espera un momento y te encontrarás desgarrada, luchando por respirar y contorsionándote en el clímax de tu maldito éxtasis."